Exercise 3: Design in Daily Life

Violeta Robla
6 min readFeb 24, 2020
“Chain Fork” Katerina Kamprani — The Uncomfortable

Este ejercicio pertenece al Prework del Bootcamp de UX/UI Design y consiste en pensar en las tres mejores y peores experiencias de usuario que hayamos experimentado con productos físicos o digitales.

Los 10 Principios del buen diseño

Para entender qué es considerado como un buen diseño, debemos hablar de Dieter Rams. Éste, fue una figura clave en el renacimiento del Funcionalismo (entre 1950 y 1960).

El Funcionalismo, también llamado “Die gute Form” (en alemán, “la buena forma” o “el buen diseño”), defiende unos principios que priorizan la funcionalidad de los objetos, por encima de los detalles puramente estéticos.

Estos son los 10 principios que, según Dieter Rams, debe tener un producto para considerarse un buen diseño:

  1. Un buen diseño es innovador. Un buen diseño está siempre incluyendo cosas nuevas, dado el avance tecnológico constante y las oportunidades que nos brinda.
  2. El buen diseño hace útil al producto. Que el objeto diseñado cumpla su objetivo principal es el fundamento del “buen diseño”. El diseño debe ser práctico y utilizar al producto, siendo secundaria la satisfacción de otros criterios, como la psicología o la estética.
  3. El buen diseño es estético. La buena ejecución de un diseño no debe carecer de belleza. El hecho de centrarnos en su funcionalidad de manera primordial no significa que debamos distraernos del propósito de agradar al ojo.
  4. El buen diseño hace a un producto comprensible, fácil de leer. Simplifica su estructura para tener la predisposición de expresar claramente cuál es su función. En este aspecto, ¿cuántas veces nos hemos encontrado un producto difícil de leer, difícil de averiguar cómo o para qué se utilizaba?
  5. El buen diseño es honesto. Nunca intenta mentir sobre el verdadero valor e innovación, ni tiene una falsa utilizada que pueda engañar al consumidor. Deja leer, tal como es, su función.
  6. El buen diseño es discreto. Neutro y sobrio.
  7. El buen diseño tiene una vida larga. No está sujeto a modas, así que es un objeto útil y atemporal que durará más allá de una tendencia ocasional.
  8. El buen diseño es consecuente en sus detalles. Nunca deja nada al azar, está cuidado y diseñado hasta el más mínimo detalle, expresando el respeto del diseñador hacia los futuros usuarios. Un error en el diseño se considera una falta de respeto al consumidor.
  9. El buen diseño respeta el medio ambiente. Debe contribuir a la conservación del planeta, maximización de recursos y minimización de la contaminación durante todo el ciclo de vida del producto.
  10. El buen diseño es diseño en su mínima expresión. Dieter Rams discrepa con la frase “menos es más”, diciendo “menos, pero con mejor ejecución”. Decide fomentar únicamente los aspectos fundamentales del producto, para poder ejecutarlos de la mejor manera posible y evita lastrar otros que no son esenciales. El resultado es un producto más puro y simple, el diseño en su mínima expresión.

Mis peores experiencias de usuario

El recogedor: Es un objeto que se ha usado desde hace mucho tiempo, y aún hoy (a pesar de la aparición en el mercado de otros utensilios más modernos como la aspiradora) se sigue usando.

No obstante, creo que no proporciona una buena experiencia de usuario, ya que no cumple su función de manera totalmente efectiva. Siempre queda esa molesta línea de polvo que resulta imposible de introducir por completo en el recogedor.

Además, su versión con mango corto, obliga al usuario a agacharse en exceso y a hacer movimientos perjudiciales para la espalda.

Los tetrabriks: Creo que la experiencia de usuario al verter el contenido de un tetrabrik en un vaso es nefasta. Seguro que no soy la primera persona que acaba salpicada por culpa del sistema de salida que tiene este diseño. Al salir el líquido, aumenta el espacio disponible para el aire atrapado en su interior, por lo que disminuye la presión interna. Esto hace que el envase se aplaste para disminuir su volumen y con ello, entre aire por el agujero de salida del tetrabrik. Resultado: con la entrada de aire, el líquido sale a borbotones.

Además los tetrabriks están compuestos por un 70% de cartón, un 5% de aluminio y un 20% de polietileno, lo que dificulta mucho su reciclaje.

Difusores: Este tipo de sistema de difusión me parece una mala experiencia de usuario, sobre todo aplicado a productos con un contenido demasiado denso (como cremas corporales). El tubo por el que debe pasar el contenido, es demasiado estrecho y se acaba atascando con facilidad.

Pero sin duda, el mayor problema que le veo es que no puedes aprovechar el contenido al máximo. Al cubrir el tubo muy poca superficie, el contenido siempre acaba quedando en las paredes del envase y resulta imposible sacarlo sin tener que acabar cortándolo.

Mis mejores experiencias de usuario

Netflix: Me parece de las mejores experiencias de usuario que he experimentado en cuanto a plataformas de contenidos visuales se refiere. Soy una gran consumidora de series y películas y también utilizo otras apps como HBO, Filmin o Prime Video y, en cuanto a experiencia de usuario general (no tanto a calidad del contenido) Netflix me parece la mejor. Creo que su éxito radica en el contenido personalizado que ofrece a sus usuarios. Conociendo sus gustos, Netflix no sólo los motiva a seguir consumiendo, sino que los sorprende y emociona. Eso se traduce en fidelidad.

Además, me parece que su interface es sencilla, intuitiva y que funciona muy bien.

Muebles de Ikea: Creo que los muebles de Ikea proporcionan una muy buena experiencia de usuario. Tienen un diseño minimalista y práctico, que se adapta a espacio pequeños. Sus series son modulares y fácilmente almacenables y además ofrecen una buena calidad/precio.

La funcionalidad de sus productos prima a la estética y aún así, sus diseños también son muy atractivos.

Glovo: Me parece la app de comida a domicilio que mejor experiencia de usuario proporciona. Ofrece una gran variedad de restaurantes, es sencilla de usar, muy visual e intuitiva.

Conclusión

Es interesante darse cuenta de cómo los productos que proporcionan una buena experiencia de usuario, generan placer y esto hace que quieras seguir usándolos. Por el contrario, aquellos que proporcionan experiencias desagradables e incómodas, acaban desencadenando rechazo por parte del usuario.

Esto impacta en nuestro día a día mucho más de lo que imaginamos. Me ha gustado este ejercicio, porque te hace pensar en si realmente, muchos de los productos que solemos usar, cubren nuestras necesidades de la manera en que nos gustaría.

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Violeta Robla

Senior graphic and editorial designer based in Barcelona. Currently studying UX/UI Design. Feel free to have a look 🚀 www.violetarobla.com